Algo característico de los emprendedores es la valentía y las ganas de superarse. Generalmente siempre en las entrevistas muchos de ellos nos dicen que lo más difícil a la hora de emprender, es iniciar y si bien es cierto, el inicio es complicado, mantenerse y superar las dificultades es crucial a la hora de querer ser emprendedor.
Ante esto, Liliana y Gloria son expertas ya que en el transcurso de su carrera como emprendedoras muchos han sido los altibajos que han tenido que superar. Inicialmente se lanzaron al mercado de tenis y blusas, productos que distribuían desde su casa mediante grupos de WhatsApp en los que incluían a sus vecinos y familiares. Con el tiempo decidieron incursionar con leggins para niños y apostarles a las ferias, así que fueron justamente las calles de Bogotá y ciudades aledañas las que funcionaron como universidad para formar a estas dos guerreras visionarias.
Ponchospalfrio llegó mucho tiempo después cuando un regalo sin ninguna intención generó la idea de negocio “La hija de mi amiga cumplía años y como siempre hemos sido muy unidas, decidí coserle con mis propias manos una ruana para regalársela. Recuerdo que esa ruana fue la sensación, tanto así, que Gloria, mi socia actualmente, me pidió que creáramos un negocio para venderlas” nos cuenta Liliana.
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