Algo característico de los emprendedores es la valentía y las ganas de superarse. Generalmente siempre en las entrevistas muchos de ellos nos dicen que lo más difícil a la hora de emprender, es iniciar y si bien es cierto, el inicio es complicado, mantenerse y superar las dificultades es crucial a la hora de querer ser emprendedor.
Ante esto, Liliana y Gloria son expertas ya que en el transcurso de su carrera como emprendedoras muchos han sido los altibajos que han tenido que superar. Inicialmente se lanzaron al mercado de tenis y blusas, productos que distribuían desde su casa mediante grupos de WhatsApp en los que incluían a sus vecinos y familiares. Con el tiempo decidieron incursionar con leggins para niños y apostarles a las ferias, así que fueron justamente las calles de Bogotá y ciudades aledañas las que funcionaron como universidad para formar a estas dos guerreras visionarias.
Ponchospalfrio llegó mucho tiempo después cuando un regalo sin ninguna intención generó la idea de negocio “La hija de mi amiga cumplía años y como siempre hemos sido muy unidas, decidí coserle con mis propias manos una ruana para regalársela. Recuerdo que esa ruana fue la sensación, tanto así, que Gloria, mi socia actualmente, me pidió que creáramos un negocio para venderlas” nos cuenta Liliana.
Cora Coralina, una gran poeta brasileña dijo un día, “Descubrí que, en el camino incierto de la vida, lo más importante es decidir” y es justamente la decisión de creer en lo que se podría lograr, lo que proporcionó a Ponchospalfrio las herramientas para que, de una idea sin recursos económicos, saliera un emprendimiento con productos que hoy en día se venden mejor que el pan caliente. “Las ruanas y las pijamas gustan muchísimo, es más, nuestra primera venta fue de 25 ruanas tejidas en hilo, recuerdo la emoción tan grande que sentimos cuando nos dimos cuenta que a la gente les gustaba mucho nuestros productos porque no se encontraban en el mercado grande” añade Gloria.
Algunas personas piensan que solamente hay una manera de aprender y muchos asocian el aprendizaje como un acto de memoria, pero resulta que a lo largo del tiempo los estudios de muchos investigadores han permitido descifrar cómo funciona nuestra memoria y cómo influye la observación o la experiencia en la hora de construir conocimiento y cambiar nuestra manera de actuar.
Ante un emprendimiento el aprendizaje es fundamental y en Ponchospalfrio este aprendizaje se dio de 10 maneras diferentes. Implícito, ya que nunca se pensó que de un regalo saliera una idea de negocio. Explícito, ya que Gloria y Liliana buscaron la manera de aprender a coser y confeccionar por YouTube. Asociativo, porque en sus inicios compraban mucha tela y desperdiciaban producto sin una razón aparente. Significativo, porque a través de las experiencias se recogieron los aprendizajes y hoy en día no gastan más de lo que necesitan. Cooperativo, porque cuando una de ellas gastaba más tela de la necesaria o se equivocaba en un tejido, estaba siempre la otra apoyándola y buscando la manera de que no se volviera a repetir el error. Emocional, porque tanto Liliana como Gloria siempre tuvieron en mente no dejarse deslumbrar por las ventas grandes sino siempre estar en equilibrio para ofrecer todos los días los mejores productos de igual forma para los clientes. Experiencial, porque cada una traía conocimientos de sus vidas, que pusieron en práctica, antes de crear Ponchospalfrio. Por descubrimiento, porque a medida que iba pasando el tiempo iban implementando nuevas y mejores estrategias de ventas. Memorístico, porque tejer es todo un arte que requiere de memoria y concentración y receptivo, porque tanto Gloria aprende de Liliana como Liliana aprende de Gloria.
Con tanto aprendizaje Ponchospalfrio está listo para crecer y fortalecerse como una empresa consolidada.