El artista, que fundó su propio taller en octubre de 2020 bajo el nombre de "1100 grados", ha destacado en diversas exposiciones, incluida la reciente exhibición colectiva "Punta Roma, Corta Pero no Lastima" en Casa Fuego, donde exploró las complejidades del duelo y el abrazo en su proyecto artístico.
Ibarra también ha extendido su conocimiento y pasión a través de la enseñanza, brindando clases de cerámica y actualmente liderando talleres en el proyecto "La Escuela Abierta". Este proyecto aborda los saberes artesanales y permite a siete jóvenes artistas explorar las técnicas y la creatividad en la cerámica.
Su viaje artístico comenzó de manera inesperada, cuando una profesora universitaria lo introdujo en el mundo de la arcilla. Desde entonces, Ibarra ha fusionado la vitalidad y la inanimación en sus obras, explorando las fronteras entre lo que vive y lo que parece vivir. Inspirado por la montaña, el aliento y la electricidad, su enfoque artístico captura momentos efímeros y evasivos en la materia.
Pablo Ibarra comparte un consejo valioso para las nuevas generaciones de artistas: la importancia de la constancia y el equilibrio. "Si yo pudiera dar un consejo a los jóvenes artistas es que haya constancia, pero que no haya un exceso en el trabajo", destaca Ibarra. "Cuidar mucho, ser muy responsable y disciplinado con el tiempo de trabajo, pero también ser consciente y respetuoso del tiempo de descanso".
El trabajo de Pablo Ibarra continúa resonando en la comunidad artística local y más allá, destacando la belleza y la profundidad que la cerámica y la electrónica pueden aportar al mundo del arte contemporáneo.
Para más información y para conocer las obras de Pablo Ibarra, visite sus redes sociales: @1100.grados
