Hace 4 años, Elena decidió crear su emprendimiento llamado "Tejiendo Rositas". Ella es una apasionada por las manualidades y su terapia más frecuente es tejer. Desde que era joven, ha sabido tejer a croché y a dos agujas, una habilidad que ha desarrollado a lo largo de los años y que la ha llevado a convertirse en una experta.
Elena ha tenido diferentes trabajos a lo largo de su vida, desde secretaria comercial hasta monitora en una ruta de transporte público. Sin embargo, siempre ha mantenido su pasión por el tejido y ha hecho cursos en el SENA y en el Colegio Mayor de Cundinamarca para perfeccionar su técnica.
Ahora, Elena tiene dos hijos adultos que siempre la apoyan en su emprendimiento. Su hija, Mónica, maneja las redes sociales y promociona sus productos en línea, mientras que su hijo se encarga de tomar las fotografías de los productos. A pesar de que su familia la ayuda en el negocio, Elena siempre teje en las tardes, después de haber cumplido con sus quehaceres de ama de casa.
Esta emprendedora ha descubierto que el tejido es una excelente manera de lidiar con el estrés y la ansiedad, y a menudo aconseja las manualidades a personas que necesitan relajarse. Según Elena, las manualidades son una excelente forma de terapia y le permiten a uno despejar su mente y concentrarse en el presente.
Su especialidad,
Elena tiene una gran variedad de productos en su tienda virtual, pero su especialidad son las ruanas y los muñecos pequeños. Sin embargo, está siempre dispuesta a experimentar con nuevos patrones y diseños.
Aprendió a tejer de su madre, quien también era tejedora. De hecho, cuando ella era pequeña, la gente les decía "las arañas" porque se sentaban a tejer juntas y no paraban hasta terminar. Elena ha heredado la constancia de su madre, una cualidad que le ha permitido sobrellevar muchos desafíos.
Hace seis años, Elena se fracturó la mano derecha y tuvo que someterse a una cirugía en la que le pusieron una platina. Durante cuatro meses, tuvo que aprender a usar su mano izquierda y, a partir de ese momento, se convirtió en una persona más capaz.
En diciembre del 2022, la hija de Elena, Mónica, perdió su trabajo y la familia atravesaba una situación económica difícil. Fue entonces cuando Elena decidió tocar puertas en ferias para darse a conocer como emprendedora. Gracias a su constancia y dedicación, Elena pudo sustentar una vez más a su familia y continuar haciendo lo que más le gusta: tejer.
La lana se ha vuelto más costosa en los últimos tiempos, lo que ha afectado los precios de los productos de Elena. Sin embargo, ella sigue tejiendo con amor y pasión, y está decidida a seguir adelante con su negocio.
En definitiva, "Tejiendo Rositas" es una historia de amor por las manualidades y una muestra de cómo la constancia y la pasión pueden llevar a una persona a superar los obstáculos y alcanzar el éxito en su emprendimiento.
