De la administración pública al emprendimiento verde
Alejandra es una profesional en administración pública que decidió dar un giro radical a su carrera. “Descubrí que a partir de algo que me gusta, que son las plantas, podía resolver una necesidad económica y ayudar a las personas a ver y exhibir las plantas de una forma diferente”, relata. Este descubrimiento fue el punto de partida de su emprendimiento, donde las plantas no solo representan una fuente de ingreso, sino también una forma de conexión con los demás.
Una pasión heredada y perfeccionada
El amor de Alejandra por las plantas no surgió de la nada. Fue una pasión heredada de su madre y su abuela, quienes siempre llenaron su hogar de presencias vegetales. Además, su experiencia laboral en una universidad no solo le proporcionó conocimientos formales, sino también una apreciación por el tiempo personal y las actividades que realmente le apasionan.
Con paciencia y dedicación, Alejandra se sumergió en el mundo de la botánica y la artesanía. Aprendió los cuidados básicos, las técnicas de abono y experimentó con diferentes métodos de propagación de plantas. “Empecé con terrarios, luego jabonería artesanal con plantas, atrapasueños con suculentas, y finalmente llegué a las coquedamas”, explica. Cada paso en este viaje fue una lección, un desafío superado y una habilidad perfeccionada.
El Arte de las kokedamas
Las kokedamas de Alejandra son pequeñas obras maestras de arte vegetal, 100% hechas a mano y con materiales orgánicos. Los precios oscilan entre $15.000 y $80.000, dependiendo de la planta y la personalización requerida. “Ofrecemos todas las formas de pago: Nequi, DaviPlata, efectivo, tarjeta, y hacemos domicilios en toda Bogotá”, añade Alejandra, demostrando su compromiso con la accesibilidad y la conveniencia para sus clientes.
Desafíos y resiliencia en el camino del emprendimiento
Emprender no ha sido un camino sencillo para Alejandra. La búsqueda de espacios para vender sus productos y la incertidumbre de las ventas en ferias han sido retos constantes. “A veces es incierto si vas a vender o no, y muchas veces resulta ser prácticamente una estafa”, comenta con sinceridad. Sin embargo, estas experiencias también han sido oportunidades para aprender y crecer, fortaleciendo su determinación y adaptabilidad.
Conexiones y comunidad
Alejandra no ha participado en ferias organizadas por la alcaldía, pero sí en diversas ferias en cafés, restaurantes y espacios comunitarios. “Ha sido una experiencia gratificante porque aparte de que a la gente le gusta, es una forma de conocer otras formas de pensar, de conocer más emprendedores y hacer redes de apoyo”, dice. Estas redes no solo le han proporcionado apoyo logístico, sino también una fuente invaluable de inspiración y colaboración.
Aprendizajes y habilidades
El emprendimiento ha sido una escuela integral para Alejandra. Ha aprendido a gestionar su tiempo, desarrollar habilidades comunicativas y a manejar todos los aspectos de su negocio, desde la gerencia hasta la logística. “He dictado talleres y esa experiencia me ha enseñado que también puedo enseñar y aprender de las personas”, menciona. Este intercambio de conocimientos y experiencias ha sido una de las facetas más gratificantes de su viaje.
El impacto de las redes sociales
Aunque el manejo de redes sociales ha sido un desafío, Alejandra ha visto un impacto positivo en la visibilidad de su emprendimiento. “No sé mucho de redes sociales, pero más personas nos siguen y nos preguntan cosas”, comenta. A través de Instagram, la pueden seguir en @foto.sinteziz, en donde ha podido conectar con una audiencia más amplia y recibir retroalimentación valiosa.
Un mensaje para los nuevos emprendedores
Alejandra alienta a todos aquellos que están empezando su camino en el emprendimiento a no rendirse. “Este no es un camino fácil, pero es gratificante. Estamos haciendo lo que nos gusta y estamos impactando positivamente en nuestra comunidad”, asegura. Su mensaje es claro: la perseverancia y la pasión pueden convertir cualquier sueño en realidad, y cada desafío es una oportunidad para aprender y crecer.
La historia de Alejandra Suárez es un testimonio del poder del emprendimiento local para transformar vidas y comunidades. En "Talentos Unidos", estamos orgullosos de apoyar a emprendedores como Alejandra, quienes con su pasión y dedicación están construyendo un futuro sostenible para todos.